Verás… Tomé en mis manos un grano
de las arenas del tiempo…
Por azar miré al cielo
y allí estaba, suspendido.
Un rayo de luz como un milagro.
Una señal. Un sueño. Un camino.
La certeza de que todo, absolutamente todo,
tendrá más tarde o más temprano,
un segundo iluminado.
Todo, todo estará bien mañana.
Todo habrá pasado.
Mira el cielo que te traigo,
míralo como un regalo.
Desde arriba de mis más de mil años,
te prometo:
Un instante después todo habrá pasado.
Volverá la sonrisa, la vida, la fe…
Volverá la rutina, el sueño, las flores y volverá el mar…
Mañana. Volverá. El mar.
Si.